Tras cerrar las anteriores encuestas, se ha abierto una nueva, sobre lo que los lectores del blog piensan al saber como me desespero en muchas ocasiones por no poder correrme. Pero quizás no todos han leído las entradas anteriores, en las que explico lo que siento cuando me entra esa desesperación, así que volveré a contarlo.
No me ocurre de forma constante, claro, pero sí que me sucede a menudo que me entran unas enormes ganas de correrme, de eyacular, de soltar la leche y aliviar mi calentura. En esos momentos no sé qué hacer y me vuelvo medio loco: me subo por las paredes (metafóricamente) y empiezo a dar vueltas por la casa (literalmente) como un animal enjaulado: si estoy viendo la tele me levanto y llego hasta el dormitorio, pero como allí no tengo nada que hacer termino acercándome al ordenador; me siento y miro el correo durante unos segundos, hasta que el nerviosismo que siento me obliga a levantarme otra vez y entrar en la cocina: abro la nevera, la cierro sin coger nada (pues no tengo hambre ni sed), miro dentro de los armarios y, finalmente, frustrado, salgo y voy al salón, para sentarme otra vez ante la tele. Pero soy incapaz de mantener mi atención, así que ni me entero de lo que hay, y me levanto otra vez para dar vueltas por la casa, me siento con un libro sin conseguir volver la página, lo dejo y vuelvo al ordenador... Ese estado me puede durar entre 20 y 45 minutos, en los que voy como un loco por toda la casa sin centrarme en nada.
Otras veces, sufro una erección de caballo, y siento enormes tentaciones de pajearme aún con la jaula puesta. Se me vienen a la cabeza todo tipo de imágenes sexuales: pollas duras y calientes entrando y saliendo de mi boca y culo, situaciones morbosas, mi Amo usándome de múltiples maneras... y siempre termino corriéndome en esas fantasías. Pero la realidad es que normalmente acabo golpeándome la base de la polla (que queda expuesta al estar la jaula desplazada por la erección) a puñetazo limpio con todas mis ganas durante varios minutos. Unas veces paro por el dolor en el rabo, y otras simplemente por cansancio.
En algunas ocasiones, cuando estoy salido y desquiciado a la hora de acostarme, no consigo dormirme, y me paso un par de horas fantaseando en la cama con el rabo duro y doliéndome, aprisionado dentro de la jaula. Unas veces enciendo la luz y me pongo a leer, y otras me pongo la radio, pero la verdad es que no suele funcionar, pues las fantasías me pueden y sigo empalmado y bien jodido hasta que me duermo rendido por el agotamiento.
Así pues, la nueva encuesta pregunta a los lectores qué sienten al leer lo anterior, qué piensan sobre mí y sobre la situación en que mi Amo me tiene...
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