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lunes, 30 de julio de 2012

Contador de días sin orgasmo

Ayer, leyendo otros blogs, entré en uno de otro esclavo enjaulado, que tenía un contador de días en castidad. Me gustó la idea de tener siempre visible en la página el tiempo desde mi última corrida, y no sólo cuando de vez en cuando pongo el calendario. Así pues, busqué widgets hasta encontrar este contador que veis.


No estaría escribiendo sobre esto si no fuera por una razón: me llevé una enorme sorpresa al ver que son 246 días los que han pasado desde la última vez que me corrí (bueno, para ser preciso, me corrí hace casi 4 meses de forma accidental, pero fue un conato de orgasmo prácticamente sin ningún placer, y en el que lo que predominó fue el sentimiento de culpabilidad, aparte de que sólo me salieron unas pocas tristes gotas de leche).


La verdad es que suelo contar los días de cautiverio de polla más por meses que por días (8 meses y algún día), así que leer 246 días me dejó helado. En realidad es lo mismo, diréis, pero no suena igual, y cuando vi el número del contador lo primero que se me vino a la cabeza fue "¡hostias, casi un año!" Todos estos meses sin placer, sin orgasmos, sin sentir eso que todos los tíos buscamos (¿buscamos? quizás mejor escribo buscan). Más de 35 semanas sin una paja, perdiendo para siempre momentos de gozo y de satisfacción, instantes de gusto y de disfrute que no podré recuperar jamás. Quizás en el futuro pueda volver a pajearme y correrme sin trabas, no lo sé, pero todo este tiempo perdido para el placer es irrecuperable... 


Sin embargo, no he batido ninguna marca personal, pues ya antes estuve una vez en completa castidad durante 10 meses y medio, que son aproximadamente 320 días, unas 45 semanas. Puede ser que tenga otro "accidente" y me vuelva a correr involuntariamente, pero sé que en lo que dependa de mi Amo, voy a superar mi anterior récord de largo.

sábado, 28 de julio de 2012

De nuevo salido como una perra

Los últimos 12 o 14 días los he pasado bastante tranquilo, llevando mi impuesta castidad con resignación y sin grandes problemas. Sin embargo, hoy sábado, a las 3:15 de la tarde, estoy absolutamente salido como una perra y con unos deseos bestiales de pajearme a lo bruto hasta correrme al menos un par de veces o tres, para quedar exhausto y relajado. Pero no puedo hacerlo, sigo enjaulado (como siempre) y sigo teniéndolo completamente prohibido por mi Amo, igual que a lo largo de todo lo que llevamos de año. 


Ya durante toda la mañana me he notado intranquilo, pero como he estado haciendo cosas (comprando, cocinando, arreglando la casa...) no me he enterado mucho de lo que me pasaba. A las 2 he comido, y para las 2:30 estaba preparándome el café. Y ha sido a partir de ese momento cuando me he dado cuenta de las incontrolables ganas de correrme que tenía. De repente me he levantado del sillón para darme una vuelta por la casa sin saber qué estaba haciendo, he vuelto a sentarme a mirar la tele sin enterarme de lo que veía, me he levantado a por unas pinzas para ponérmelas en los pezones, pero el dolor sólo ha conseguido ponerme más burro, así que me he dado más paseos sin sentido por la casa, me he sentado al ordenador, más paseos... Y todo el tiempo cogiéndome la jaula y apretándola como si con eso consiguiera algo, cuando la verdad es que no he sentido absolutamente nada. Me he golpeado la raíz del rabo con el puño (pues queda al descubierto por estar medio empalmado dentro del CB6000), y así sí he conseguido notar una ligera sensación en el capullo por el rozamiento al moverse ligeramente dentro del plástico. Lo malo es que en vez de calmarme me he puesto aún más fuera de mí. Por tanto, me he golpeado más fuerte... y en esas estoy mientras escribo. De vez en cuando para para darme golpes en la base de mi patética polla encerrada, porque escribir este blog también me excita por lo que tiene de exposición pública de mis miserias.


Voy a tumbarme para intentar dormir la siesta, pero la verdad es que dudo que lo consiga tal como estoy de caliente, peor que una perra en celo... No sé qué hacer para tranquilizarme.

lunes, 23 de julio de 2012

Usado el lunes 23 de julio

Hace una hora que mi Amo se ha ido de casa. Al entrar, se encendió un cigarrillo y me usó como cenicero, haciéndome tragar ceniza y colilla encendida. Me escupió varias veces, mientras bebía leche y se tomaba un yogur. Me ordenó coger otro para mí, y tras comerme un tercio echó un chorro de su meada dentro. Tuve que moverlo bien y seguir comiendo. A esas alturas ya me había ordenado quitarme la jaula, así que yo estaba completamente empalmado... Luego volvió a mear en el yogur y a fumar echando la ceniza también dentro, y así me lo acabé. También tuve que tragarme la segunda colilla encendida, y a continuación cogió su yogur (quedaba la mitad o así) y echó una pequeña cagada en el bote, obligándome a removerlo bien y comer. Al principio me negué, lloré y supliqué, pues nunca me ha gustado el scat, pero él no cedió e insistió en su orden. Finalmente no pude continuar negándome (verle lo excitado que estaba ante la perspectiva de tragarme su mierda me ha ayudado mucho), y tragué como pude aquella mezcla. Entonces me ordenó lamerle el culo, pero al notar que intentaba cagarme en la boca, no pude con ello, así que finalmente me tumbó boca arriba y se cagó en mi rabo y huevos. Volví a llorar sintiéndome una puta mierda, pero él se rió diciéndome que eso era lo que yo buscaba, y se agachó para ponerme el culo en la cara y hacerme comérselo. Cuando se cansó de la comida de culo, me meó allí tumbado y volvió a reírse de mí. Finalmente, me preguntó si quería correrme, y yo asentí, así que me dijo que podía menearme el rabo 3 veces: si me corría, bien; si no lo conseguía, habría perdido mi oportunidad. Me cogí el rabo nervioso, me di 3 rápidas sacudidas y, al ver que no me corría, me eché a llorar de nuevo a 4 patas, chorreando sus meos y mierda. "Pero qué enfermo estás, puto, pensar que estás así porque es lo que quieres...", fueron sus palabras.


Esos es lo que ha pasado, pero dentro de mí ha sido como un torrente de emociones contradictorias: me sentía una verdadera mierda, pero estaba muy excitado; lloraba de humillación, pero quería besarle los pies agradeciéndole lo que me hacía; quería correrme y me vine abajo al no conseguirlo en los 3 meneos, pero me estaba excitando más su risa al verme perder mi oportunidad que haber conseguido el tan deseado orgasmo. No sé qué pensará mi Amo, no sé cuando habrá disfrutado, pero para mí ha sido la mejor sesión en mucho tiempo... 

miércoles, 11 de julio de 2012

jueves, 5 de julio de 2012

Castidad sin fin

Hace más de 7 meses de mi última verdadera corrida, pues desde entonces sólo he sido ordeñado para sacarme la leche sin orgasmo (tal como se explica en alguna otra entrada de este blog), aparte de una eyaculación accidental el 2 de abril que no fue en absoluto placentera.


En rojo, los días sin correrme. En azul, la corrida accidental. En blanco,
los días anteriores y posteriores a esta etapa en castidad.


Lenta pero implacablemente pasan los días sin poder experimentar la agradable y placentera sensación del orgasmo. Cualquier tío puede correrse cuando le apetezca, hasta el más mísero indigente, o el criminal más custodiado, pueden alargar la mano y pajearse hasta sentir ese instante íntimo e intenso de placer, en el que todo lo demás desaparece. Yo no puedo hacerlo, y llevo más de 7 meses sin sentirlo. Prácticamente ya he olvidado como es.

domingo, 1 de julio de 2012

Más fotos del cenicero

Sigo con las fotos, y otro día subiré algún vídeo. Las fotos de hoy son más de tortura que de uso como cenicero, pero todas con el tema smoker. Empezaré con lo más elemental: las quemadas de pezones, polla y huevos.


Nota: todas las fotos son mías.


Los pezones son probablemente el lugar preferido, el más quemado por los Amos fumadores. Presentan muchas ventajas: son un objetivo erótico y atractivo, son de fácil acceso, tienen menos riesgos que otras zonas por el mayor grosor de la piel, el dolor allí provocado es muy sensual... No es extraño que sea el primer sitio que nos viene a la mente en el momento de quemar al esclavo.


Los puros dan más juego que los cigarrillos, pues se puede
graduar más fácilmente la intensidad de la quemadura.

Un leve roce provocará un dolor de lo más erótico para el
esclavo, pero si se aplica de lleno, se puede hacer llorar
de dolor al cenicero.

Esto es lo que llamo fumar el pezón, pues el Amo da la calada con el puro
apoyado en mi pezón. La quemadura es seria, pero menor de lo esperado,
pues al chupar el puro el calor sube con el humo.



El otro lugar que inmediatamente se nos ocurre son los huevos y la polla del esclavo, pues son siempre objetivo principal de las torturas del Amo.


Como se ve por el humo, el puro estaba bien encendido. También se nota por
el tamaño de mi patética polla, completamente retraída por miedo al dolor que
le tocaba sufrir.


Una variante a la hora de quemar los pezones consiste en combinar una doble forma de tortura en una sola...


Los pezones clavados y, aprovechando su inmovilidad, se queman con
puros o cigarrillos. Dentro de lo malo, tiene una ventaja: las quemaduras
y los agujeros se curan a la vez.


Rizando el rizo: uno de mis pezones clavado a un cenicero de madera. Al quemar el pezón, la ceniza cae dentro, cosa muy práctica.





Muy útil porque deja al esclavo las manos libres para
servir comida o bebida al Amo, mientras el cenicero
está siempre disponible.


Una forma de tortura indolora, pero que para mí es casi peor, es tener que tragar ceniza y colillas. Hace tiempo, un Amo me obligaba a aliñar así la comida. Este sería el menú de un cenicero:


Primero una ensalada a las finas colillas

Merluza rebozada con colilla de puro

De postre fresas con nata y colillas

Si después me apetecía helado, tenía que ponerle
topping de cenicero

Antes de acostarme, un vaso de leche y ceniza


Pero también cualquier bebida, el café, las olivas... Una vez me obligó a comer un bocata de colillas encendidas, y por mi cumpleaños trajo un pastel en vez de velas le puso cigarros encendidos, que tuve que masticar quemándome la boca. En realidad, casi siempre había alguna colilla encendida en mi plato... Era un Amo muy imaginativo, pero estuve poco a su servicio.


He dejado para el final algo que me obsesionaba cuando empecé a convertirme en el esclavo cenicero que soy. Tardé en hacerlo por miedo, pero finalmente me lo hice a mí mismo unas pocas veces. La idea es simple: follarme el culo con un puro encendido. Cuando lo hice, extremé las precauciones: llevé un plug durante todo el día, para abrirme bien el ojete y tenerlo lubricado. Mi idea era que si el puro entraba limpia y rápidamente, se apagaría inmediatamente al entrar, y el dolor sería soportable. Efectivamente, así es, pero lo difícil fue hacer que el puro me entrase limpiamente, pues sólo me veía en un espejo y en la imagen de la cámara con que me filmaba, y además la mano me temblaba por los nervios, con lo que era más que difícil acertar. Di una calada al puro y luego esperé unos segundos para que disminuyera la brasa (al tiempo que intentaba calmarme un poco sin conseguirlo), y luego empujé con poca decisión, fallando el sitio. Repetí todo (desde la calada) un par de veces más, y sólo a la tercera vez acerté con el agujero. Cuando noté que había dado en el sitio exacto, apreté pese al intensísimo dolor de la quemadura, e inmediatemente desapareció el dolor para ser reemplazado por una sensación de alegría: tenía el puro dentro del culo, lo notaba muy caliente, pero no me quemaba en absoluto. El rabo, que había estado completamente fláccido por los nervios y el miedo, se me puso tieso instantáneamente: lo había conseguido...


Mi primera follada de culo con un puro encendido. La grabé con una cámara
bastante floja, hace ya más de 10 años.

Tras varias experiencias más con puros, un día decidí hacer lo mismo con un
cigarrillo: me excitaba que un Amo me follase con una colilla encendida en la
punta del capullo, así que lo simulé poniéndola en un consolador de madera.
Por cierto, duele bastante más que el puro.