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jueves, 28 de junio de 2012

La paradoja de la castidad

Otra vez estoy desesperado por correrme, y mi Amo quiere que publique aquí las cosas que le cuento en mis emails, así que hago un resumen de lo que ha pasado por mi cabeza estos últimos días:


Continuamente sufro tentaciones de hacerme una paja, pues en mi estado de excitación y tras meses sin correrme, no me resultaría difícil alcanzar el orgasmo si me cojo la jaula con la mano y empiezo a menearla igual que si me agarrara directamente el rabo. Sin embargo, soy incapaz de hacerlo por la sencilla razón de que lo tengo prohibido. Simplemente no me atrevo a intentarlo, y además sé que si en un momento de locura lo hiciera sin pensar en nada, en cuanto notase que el orgasmo es inminente e imparable, intentaría por todos los medios evitarlo apretando la base de la polla o doblando la cintura, y al notar salir la primera gota de leche el sentimiento de culpabilidad y de impotencia serían tales que no disfrutaría lo más mínimo de la corrida. En otras palabras, que sin el permiso de mi Amo es inútil que intente aliviar mi calentura y mi frustración sexual.


Por tanto, no paro de suplicarle a mi Amo que me permita una paja, una única y solitaria corrida, pero su respuesta siempre es negativa, y normalmente intenta explicármelo escribiéndome cosas como: 


Te entiendo perfectamente, puto, pero eso es precisamente lo que me hace disfrutar: tenerte jodido todo el dia y la noche. Disfruto con tu privación y tu frustración, así que resígnate e inténtalo llevar lo mejor que puedas.


Eres una puta mierda y me importa un huevo lo que sientas, como estés de jodido y las ganas que tengas de pajearte, ¿no ves que nunca podrás sentir lo que siente un macho mientras se corre o se folla a una guarra? 


Manda huevos, lo imbécil que eres puto, jajaajjajjajaajajaja. ¡Como me divierte verte salido como una perra!


Espero que no tengas tentaciones de pajearte, pedazo de enfermo. Si estás así es porque te gusta, no lo olvides...


Y, efectivamente, estoy así porque quiero, pues fui yo quien puse un anuncio buscando a alguien que quisiera tenerme así. Pero también es verdad que una cosa es desearlo y otra diferente es vivirlo, y ahora necesito descargar y liberar toda esta tensión que se acumula en mí. Y necesito igualmente sentir la polla libre, que pueda tener una erección sin restricciones, notar el aire o el agua a su alrededor, sentir como cuelga y se mueve, poder rascarla si me pica, acariciarla, sentirla dura cuando se empalma, o simplemente ponerle la mano encima mientras estoy viendo la tele y notar esa agradable sensación. Es difícil imaginar la cantidad de cosas que se echan de menos cuando se tiene la polla encerrada durante más de 6 meses...

Sin embargo, la realidad es que sé que si estoy desquiciado por correrme es precisamente porque mi Amo me niega una y otra vez esa posibilidad. Por eso no me arrepiento de nada, sino que me alegro de haberle dado a a mi Amo la llave, y me alegro de que me niegue una y otra vez el correrme. Me gusta y me excita que se sienta con todo el derecho del mundo a negarme el menor placer, y que lo que desee sea humillarme y despreciarme por el simple hecho de disfrutar haciéndolo.

Pero a la vez, sigo queriendo correrme, sigo queriendo tener el rabo libre unos días, sigo preguntándome qué le he hecho para que me trate tan cruelmente. Me vuelvo loco a ratos por pajearme, y le echo la culpa a mi Amo de no poder hacerlo, le odio por no permitírmelo, pero un momento después me arrepiento de odiarle y me culpo a mí mismo de mi situación, me siento culpable por haberle odiado, entonces paso a suplicarle que me permita una sola paja, y no entiendo que me lo niegue, y me compadezco de mí mismo... 



Supongo que es difícil de entender, porque hasta a mí me cuesta entenderlo: el caso es que como me excita que no me dejen correrme, me busco quien me encierre el rabo, y entonces me excito y quiero correrme, le suplico a mi Amo que me lo permita, y al negármelo me excito más todavía y mis deseos y necesidad de correrme aumentan, así que le vuelvo a rogar un pequeño alivio... 

domingo, 24 de junio de 2012

Fotos del cenicero

Existen muchas maneras de usar un cenicero, de abusar de él, y gran parte de ellas las he probado. Estas son algunas de mis fotos, hechas a lo largo de los últimos 10 años, mostrando muy diversas formas de ser un cenicero.


Nota: todas las fotos son mías

En primer lugar, las formas más obvias: la boca del esclavo es un perfecto cenicero natural, ni siquiera hay necesidad de vaciarlo, pues si está bien entrenado irá tragándoselo todo.



Para hacerlo más útil, se puede añadir esta cómoda tapa, que evita
que el esclavo cierre la boca, a la vez que sirve para dejar el cigarro.

El ombligo es otro agujero que en el esclavo es evidente que no es más que un cenicero.

También aquí se puede usar la misma tapa...

... o simplemente llenar el ombligo de ceniza y colillas.

Otros agujeros no son tan obvios, pero pueden ser más divertidos... Uno es el culo.


A diferencia del ombligo, y al igual que la boca, este agujero
no hace falta vaciarlo, aunque cuesta un poco más hacer
desaparecer las colillas hacia dentro.

El siguiente es la polla, siempre que el esclavo no esté circuncidado. De entrada no parece que vaya a ser un cenicero muy útil por su poca cabida, pero aquí se puede ver como caben 7 colillas, y todavía hay alguna más oculta completamente deltro del prepucio, así que da para una buena sesión de fumar.

Esta fue una intensa sesión como cenicero, en las fotos se puede ver el humo
de algunas colillas encendidas

En mi caso, y como variante de lo anterior, también se puede usar la jaula de la castidad como cenicero.



El principal problema es que hay que tener cuidado de no
quemar la jaula, pues es de plástico. Pero existen jaulas
metálicas  que evitan este problema.

Por último, cualquier lugar del cuerpo del esclavo es bueno para usar como cenicero. Sólo hay que tener un poco de cuidado con lo que se hace y donde se hace, pero por lo demás todo centímetro cuadrado de piel es adecuada para echar ceniza y colillas.

La cara es un lugar delicado, pero con precaución
también se puede usar. Aquí el Amo que me usó me
puso un tubo en la boca para poder respirar sin
tragarme toda la ceniza por la nariz.

Tener el rabo enterrado en cenizas y colillas es una sensación
especial para un esclavo cenicero...

domingo, 10 de junio de 2012

Quemadura

Hace unos días, en mi anterior entrada, dije que mi Amo me había quemado el culo con un cigarrillo. Sin embargo, al leer mi Amo el blog me sacó de mi error: no lo hizo con un cigarrillo, sino que calentó la punta de una tijera con el mechero y me marcó como una vulgar res.

Aquí se aprecia que no es una quemadura de cigarrillo,
sino la marca al fuego de mi Amo en mi culo

La verdad es que ahora que ya se va curando, es cierto que no parece una quemadura de cigarrillo. No me fijé mucho en la foto anterior (porque directamente no puedo verme la quemadura por el lugar en el que está), y cuando mi Amo lo hizo yo estaba tumbado boca abajo en el charco de su meada. Eso, y el que mi Amo hasta entonces sólo me había quemado con cigarrillos, me llevó al error.

jueves, 7 de junio de 2012

Humillaciones

Durante el último par de semanas he estado especialmente salido y muy ansioso por ser humillado. Por alguna razón que no acabo de entender, necesitaba de manera urgente sentirme despreciado y degradado por mi Amo de forma cruel y brutal, y así se lo hice saber en mis emails. Por diversas circunstancias, llevaba un tiempo largo sin estar a su servicio, y faltaban todavía largos días hasta poder estarlo de nuevo. El caso es que hace justamente una semana, vino a casa para abrirme la jaula y permitir que me aseara, y usarme un rato. 


Llegó bastante más tarde de lo que había anunciado (está muy ocupado estos días, así que agradezco que se tome un tiempo para mi aseo, aunque llegue tarde), así que no pudo quedarse más que una media hora. Nada más llegar, me dio dos hostias en el momento de abrirme la jaula. No es que sea raro que lo haga, pero la verdad es que así en frío me sorprendió que lo hiciera y me puso en mi lugar. A continuación me dejó asearme mientras fumaba un cigarro y me hacía tragar ceniza y colilla encendida. Después me hizo ordeñarme (la técnica que ya he explicado para sacarme la leche sin sentir nada, y evitar corridas accidentales), cosa que necesitaba urgentemente pues estaba tan excitado que podía haber tenido un accidente fácilmente. Cuando todavía estaba sacándome la leche manipulando a 4 patas el consolador en el culo, sentí que me estaba mojando y con un "no, por favor" (que en realidad no sé porqué lo dije) me di cuenta de que mi Amo me estaba meando en medio del salón de mi casa. Me hizo tumbarme y se entretuvo en mojarme bien cara, cabeza, cuerpo, espalda, etc. Tras su larga meada, permanecí tumbado en medio de un gran charco de sus meos.


Seguidamente se divirtió pasándome la suela de sus zapatos por la cara y la cabeza, manchándome todo cuanto pudo. Me escupió repetidamente, me hizo lamer su meada, me llevó al baño para obligarme a mirarme en el espejo y que me diera cuenta de lo patética que resultaba mi imagen, de lo bajo que había caído. Volvimos al salón y siguió humillándome de formas parecidas, recordándome que cuando en pocos minutos se fuera yo me quedaría sucio y asqueroso en medio de un charco de sus orines, y que me tendría que poner a limpiar todo aquello. Finalmente, antes de irse, se encendió otro cigarro y me lo apagó en la nalga derecha, pero no debió quedar muy contento porque lo volvió a encender para volverlo a apagar en el mismo sitio diciéndome que me dejaba una marca.


Apecto de la quemadura del cigarro de mi Amo,
una semana después de marcarme


A continuación se fue. Yo me quedé hecho una mierda, pensando en que una cosa es querer que te desprecien, y otra vivirlo. Limpié todo, me duché, pero aún así me acosté sintiéndome todavía sucio, sintiéndome un poco menos hombre y más esclavo de mi Amo. 

miércoles, 6 de junio de 2012

Nuevas encuestas

Hace un par de días, le consulté a mi Amo qué encuesta le gustaría que pusiera, tras cerrarse la anterior sobre mi castidad con unos resutados que le gustaron. Me contestó con dos posibilidades, así que finalmente he publicado las dos.

Una hace referencia al deseo de mi Amo de anillarme. Ya comenté hace unas semanas que quiere ponerme una anilla en el capullo (un Prince Albert) para aumentar la seguridad de la jaula de castidad. Ahora me ha ordenado que pregunte a los lectores del blog el lugar que prefieren para ponerme ese anillo.

La otra encuesta va de otro tema que le interesa mucho: quiere que me folle un perro para humillarme fuertemente. Quiere que cuando llegue el día le chupe la polla y me trague su leche, para hacerme sentir lo cerdo que soy, lo bajo que he caído. Me ordenó, por tanto, preguntar la opinión del público sobre su deseo.

No sé qué saldrá de estas votaciones, pero espero que haya mucos votos y que sean del agrado de mi Amo.