Páginas

Translate

domingo, 1 de julio de 2012

Más fotos del cenicero

Sigo con las fotos, y otro día subiré algún vídeo. Las fotos de hoy son más de tortura que de uso como cenicero, pero todas con el tema smoker. Empezaré con lo más elemental: las quemadas de pezones, polla y huevos.


Nota: todas las fotos son mías.


Los pezones son probablemente el lugar preferido, el más quemado por los Amos fumadores. Presentan muchas ventajas: son un objetivo erótico y atractivo, son de fácil acceso, tienen menos riesgos que otras zonas por el mayor grosor de la piel, el dolor allí provocado es muy sensual... No es extraño que sea el primer sitio que nos viene a la mente en el momento de quemar al esclavo.


Los puros dan más juego que los cigarrillos, pues se puede
graduar más fácilmente la intensidad de la quemadura.

Un leve roce provocará un dolor de lo más erótico para el
esclavo, pero si se aplica de lleno, se puede hacer llorar
de dolor al cenicero.

Esto es lo que llamo fumar el pezón, pues el Amo da la calada con el puro
apoyado en mi pezón. La quemadura es seria, pero menor de lo esperado,
pues al chupar el puro el calor sube con el humo.



El otro lugar que inmediatamente se nos ocurre son los huevos y la polla del esclavo, pues son siempre objetivo principal de las torturas del Amo.


Como se ve por el humo, el puro estaba bien encendido. También se nota por
el tamaño de mi patética polla, completamente retraída por miedo al dolor que
le tocaba sufrir.


Una variante a la hora de quemar los pezones consiste en combinar una doble forma de tortura en una sola...


Los pezones clavados y, aprovechando su inmovilidad, se queman con
puros o cigarrillos. Dentro de lo malo, tiene una ventaja: las quemaduras
y los agujeros se curan a la vez.


Rizando el rizo: uno de mis pezones clavado a un cenicero de madera. Al quemar el pezón, la ceniza cae dentro, cosa muy práctica.





Muy útil porque deja al esclavo las manos libres para
servir comida o bebida al Amo, mientras el cenicero
está siempre disponible.


Una forma de tortura indolora, pero que para mí es casi peor, es tener que tragar ceniza y colillas. Hace tiempo, un Amo me obligaba a aliñar así la comida. Este sería el menú de un cenicero:


Primero una ensalada a las finas colillas

Merluza rebozada con colilla de puro

De postre fresas con nata y colillas

Si después me apetecía helado, tenía que ponerle
topping de cenicero

Antes de acostarme, un vaso de leche y ceniza


Pero también cualquier bebida, el café, las olivas... Una vez me obligó a comer un bocata de colillas encendidas, y por mi cumpleaños trajo un pastel en vez de velas le puso cigarros encendidos, que tuve que masticar quemándome la boca. En realidad, casi siempre había alguna colilla encendida en mi plato... Era un Amo muy imaginativo, pero estuve poco a su servicio.


He dejado para el final algo que me obsesionaba cuando empecé a convertirme en el esclavo cenicero que soy. Tardé en hacerlo por miedo, pero finalmente me lo hice a mí mismo unas pocas veces. La idea es simple: follarme el culo con un puro encendido. Cuando lo hice, extremé las precauciones: llevé un plug durante todo el día, para abrirme bien el ojete y tenerlo lubricado. Mi idea era que si el puro entraba limpia y rápidamente, se apagaría inmediatamente al entrar, y el dolor sería soportable. Efectivamente, así es, pero lo difícil fue hacer que el puro me entrase limpiamente, pues sólo me veía en un espejo y en la imagen de la cámara con que me filmaba, y además la mano me temblaba por los nervios, con lo que era más que difícil acertar. Di una calada al puro y luego esperé unos segundos para que disminuyera la brasa (al tiempo que intentaba calmarme un poco sin conseguirlo), y luego empujé con poca decisión, fallando el sitio. Repetí todo (desde la calada) un par de veces más, y sólo a la tercera vez acerté con el agujero. Cuando noté que había dado en el sitio exacto, apreté pese al intensísimo dolor de la quemadura, e inmediatemente desapareció el dolor para ser reemplazado por una sensación de alegría: tenía el puro dentro del culo, lo notaba muy caliente, pero no me quemaba en absoluto. El rabo, que había estado completamente fláccido por los nervios y el miedo, se me puso tieso instantáneamente: lo había conseguido...


Mi primera follada de culo con un puro encendido. La grabé con una cámara
bastante floja, hace ya más de 10 años.

Tras varias experiencias más con puros, un día decidí hacer lo mismo con un
cigarrillo: me excitaba que un Amo me follase con una colilla encendida en la
punta del capullo, así que lo simulé poniéndola en un consolador de madera.
Por cierto, duele bastante más que el puro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario